Ruta circular: Alcoleja – Font de l’Arbre
Antes de describiros la ruta, os voy a comentar algunas cosas que no encontraréis en mis entradas sobre rutas. No leeréis descripciones detalladas de la ruta tipo gps por ejemplo (empiezas la ruta desde la carretera CV-430 y a 200 metros encuentras un sendero marcado como PR a la izquierda que debes seguir durante 4 km…) para eso ya hay miles de web existentes, y no lo digo como crítica, me parece perfecto que mucha gente lo haga y de hecho, si no lo hicieran, yo no habría hecho muchas de las salidas que he hecho.
Probablemente lo único que haré parecido con esas web será poner una foto con los km hechos y el recorrido sacadas de mi aplicación de móvil. Simplemente que al haber tanto escrito sobre esto, considero que no aporto nada nuevo con eso, lo único que haré será contar como me sentí y lo que vi durante el viaje, y en un futuro espero daros alguna sorpresita… en tener dinero y comprarme una cosa. 😉
Como bien se ve en la imagen. La ruta es circular y empieza en Alcoleja, desde la que recorriendo el camino viejo de Aitana, llegamos al punto más alto en el área recreativa de “La Font de l’ Arbre” (donde almorzamos como Dios manda), para volver al pueblo por un camino distinto.
Alcoleja e inicio de la ruta
Como he dicho, empezamos desde Alcoleja, el pueblo de mis abuelos maternos (y el mejor del mundo :D), al que tengo muchísimo cariño y apego porque todos los veranos voy allí y donde tengo grandes amigos y experiencias vividas. El pueblo es conocido por ser el inicio de muchas rutas de senderismo ya que es el primer pueblo que hay en la Sierra de Aitana por el Oeste.
En las fotos de abajo podéis ver la Torre del Marqués de Malferit que es el edificio más representativo del pequeño pueblo, y la fuente de la plaza, que da la mejor agua que he bebido nunca y recientemente restaurado aunque un poco mal acabado… ¿tanto costaba cortar esos hierros? Para los amantes del buen comer les recomiendo comer en cualquiera de los dos bares del pueblo especializados en pescado y marisco fresco.
Aún no salimos del pueblo y ya vimos los almendros en flor, que nos acompañaron durante buena parte de este primer tramo, ya que el paisaje predominante a ambos lados de la carretera que cruza el pueblo son los bancales y huertos de los Alcolechanos, durante el primer tramo alternaremos carretera con caminos (todo señalizado con franjas blancas y verdes) que nos harán ahorrar unas cuantas curvas.
Pasaremos por el lado de la restaurada Masía de Riola ahora convertida en una casa rural de lujo (tuvimos suerte y su gran y bonachón perro nos saludó desde detrás de la verja), hasta que por fin llegamos a un desvío con bastante pendiente a la izquierda de la carretera que sube hacia el “port de Tudons”. A partir de aquí empieza mi tramo favorito, que es el que va desde este punto hasta llegar a la “Font de l’Arbre”.
El trekking que me gusta
Aquí es donde empieza el primer desnivel de la gráfica hasta llegar a lo plano, y esto me gusta. La sensación de los cuádriceps en tensión al tener que subir una buena pendiente, rodeado casi siempre de un pinar y por un camino que casi no se ve. Este es el senderismo que a mi me gusta.
Como ya he dicho, al tomar esta senda, casi hasta llegar a el punto mas alto y plano, vamos a estar siempre rodeados de naturaleza, pinos y hierbas bajas en su mayoría. También tendremos ocasión de ver lo que antes era un horno de cal aunque ya apenas se distingue. Después de seguir este encantador aunque empinado camino, en el que avistaremos a la derecha una pequeña aunque hermosa pedrera, llegaremos a un punto donde la vegetación deja de ser tan frondosa y nos toparemos con unas peñas a la izquierda con unas imponentes paredes verticales.
Seguimos el ascenso dejando las paredes a la izquierda, ahora con menos vegetación y un suelo empedrado, podremos ver algunas carrascas, árbol típico del bosque mediterráneo. Cuando llegamos a una caseta blanca en medio del monte, nos detuvimos un momento para descansar y pudimos ver una impresionante panorámica donde se apreciaba Alcoleja, muy por debajo de nosotros y la sierra Mariola al fondo con el Moncabrer coronándola.
Seguimos ascendiendo zigzagueando entre algunos pinos, hasta que divisaremos arriba de nosotros otra casa, siguiendo el camino y cuando la casa esté a nuestra altura llegaremos a un sendero mucho más ancho, este es el sendero que va desde el puerto de Tudons hasta la “font de l’Arbre”, aquí torcemos a la izquierda, dejando a nuestra derecha una larga pared, que por momentos me hizo sentirme más pequeño de lo que ya soy. Siguiendo esta senda y sin casi desniveles apreciables, finalmente llegamos a la font de l’Arbre.
Almuerzo y tranquilo descenso
Una vez en el área recreativo nos tomamos nuestro merecido tentempié en una de las mesas que allí hay, aunque para los que van en coche también hay una barbacoa de obra donde se puede hacer una buena paella o asar algo de carne. 😉 Una vez saciados y arrasando con buena parte de la comida que llevamos seguimos nuestra ruta.
Pillamos la carretera que va hasta la población Confrides durante un trozo y donde pudimos ver algunas casas donde en verano seguro que se duerme bien fresco y muchos bancales con cerezos, obviamente pelados por la época del año. Cuando empieza el descenso giramos por una senda a la izquierda del camino, que luego de seguirla durante unos minutos llegará a otra carretera desde la que podremos ver un pequeño valle que va hasta Alcoleja donde a la izquierda hay pinos y a la derecha tierras dedicadas a la agricultura, que de seguirla nos llevaría a un punto entre Alcoleja y Benasau. Pero no es esa nuestra intención.
En una curva cerrada, en lugar de hacerla, seguimos recto por una senda bastante ancha y con mucho encanto porque siempre estará rodeada de pinos. Pasaremos al lado de las ruinas de una antigua masía hasta que finalmente llegamos a otra construcción, un antiguo molino hidráulico popularmente llamado “El Molí” por los habitantes de Alcoleja. Luego de fotografiarlo y siguiendo el camino un poco llegamos otra vez a la carretera donde solo tenemos que deshacer el camino que hicimos anteriormente.
Finalmente llegamos al pueblo, nos arreglamos un poco para no hacer olor a tigre y fuimos a comer al Bar Aitana, una vez con la panza llena y las zapatillas desgastadas, hicimos unas fotos al encantador pueblo situado a los pies de la sierra de Aitana y nos marchamos al nuestro. Una hermosa ruta con tramos con diferentes colores e intensidad que seguro gusta a todo el mundo, ya que con solo un poquito de forma física es realizable. Si te ha gustado la entrada la mitad de lo que a mi me gustó practicar trekking por este maravilloso paraje, por favor, comparte el post y si tienes alguna duda o aclaración que hacer no dudes en comentar. Salud, fuerza y camino!